El Pisco es una Denominación de Origen peruana. Se regula por el Reglamento de la Denominación de origen Pisco. Y este reglamento define al producto Pisco como al obtenido de la destilación de mostos frescos de uvas pisqueras. La fermentación del mismo debe ser reciente y se debe destilar con métodos que mantengan los principios tradicionales de calidad en los departamentos de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y los valles de Locumba, Sama y Caplina en Tacna.

La cosa es muy simple, todo lo que este fuera de esta definición no es Pisco. Es decir si destilamos una uva diferente a las 8 uvas pisqueras, no tenemos Pisco así hayamos cumplido todos los requisitos, si destilamos en el Cusco, tampoco, pues estaríamos fuera de la zona de Denominación de origen, si agregamos azúcar, caña, alcohol, saborizantes, aromas o cualquier otro elemento que no sea mosto fresco de uva pisquera, tampoco tendremos Pisco.

Es así que finalmente sucedió algo que no es sorpresa para los conocedores y buenos pisqueros. INDECOPI compro un par de botellas del “tradicional” Pisco Vargas en los almacenes MAKRO, las sometió a los análisis correspondientes y encontró elementos que definen claramente y sin lugar a dudas que la bebida analizada NO ES PISCO.

Ya era hora que alguien tome el toro por las astas. Pero lo cierto es que estamos sólo ante la punta del iceberg. La adulteración en los últimos tiempos es algo masivo. El tema es muy simple, las uvas pisqueras recién se están cosechando, la destilación tradicionalmente ha sido en marzo. Entonces cabe preguntarse qué están destilando desde enero en varias de las grandes empresas productoras de “Pisco”, la respuesta es obvia, se está destilando a gran escala uvas de mesa como la Red Globe, cuyo cultivo es barato, produce grandes cantidades y los desechos de exportación se compran a centavos en la chacra.

Otras modalidades más graves de adulteración existen como el uso de aguapié, que es el líquido procedente del lavado de orujos, o el azúcar.

El caso Vargas era evidente, la mala calidad, tanto en nariz como en boca hacían de este brebaje algo impasable, sin embargo su precio tan bajo lo hacía el preferido de los bares y restaurantes inescrupulosos que enmascaran fácilmente la mala calidad del aguardiente en los cocteles, sobre todo en nuestro emblemático Pisco Sour. Las consecuencias son funestas. Resacas y dolores de cabeza así como trastornos estomacales.

Hay varias marcas más que tampoco califican como Pisco, que INDECOPI siga haciendo su trabajo. Finalmente no gastará mucho, la mayoría son muy baratas, no superan la barrera de los 35 o 40 soles.

Y para el público un sano consejo: no compre Pisco barato ni de producción industrial.