Hoy se cumplieron 70 años de un horrendo crimen de lesa humanidad, el bombardeo de Dresde por parte de los Estados Unidos y el Reino Unido casi al final de la II Guerra Mundial.

Los objetivos no fueron militares sino la población civil y Dresde en sí misma. Bellísima ciudad, que hoy reconstruida con paciencia y orden germánicos es Patrimonio de la Humanidad.

Los cálculos respecto a esta infame masacre hablan de más de 250,000 muertos y la destrucción de 33 kilómetros cuadrados de la ciudad.

Fueron una sucesión de bombardeos con toneladas de fósforo para literalmente freír la ciudad y su gente. No se tuvo en consideración que no era un objetivo militar, que era una ciudad hospital y que ni siquiera estaba equipada con armamento anti aéreo. Un horrendo crimen en nombre de la democracia.

Claro está que Hollywood y la historia oficial escrita por los vencedores jamás mostraron esta tragedia, que es la otra cara de la misma moneda, que tiene a los  Nazis al otro lado, no a la población civil.

Que nunca tengamos que revivir el horror de la guerra y que la humanidad viva en paz es una noble aspiración. Que la historia cuente toda la verdad es otra. La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio. Decía Cicerón.